Saluda siempre con una sonrisa a quien encuentres. Cuando te presenten en algún círculo social nuevo, toma la iniciativa de dar tu nombre primero y mira a la persona directamente a los ojos cuando le hables. Responde a tus llamadas telefónicas diciendo hola y con una sonrisa. Cuando la llamada la haces tú, saluda y di tu nombre primero, siempre sonriendo. El presentarte con tu nombre recalca que una persona con valor está haciendo la llamada, a tu interlocutor y a ti mismo.
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